Volviendo a mi respiración

Con el estrés diario y el paso de los años, nuestra respiración cada vez es más y más superficial, eso hace que nuestro cuerpo tenga que hacer un mayor esfuerzo cardiaco, pero ahí no acaba todo. 

Con las respiraciones cortas, estamos comunicando a nuestra biología, a nuestro inconsciente, que algo no va bien, es una respiración similar a la que tenemos cuando sentimos miedo, eso hace que el cuerpo se mantenga en alerta y genere más cortisol del habitual de un modo permanente, con el tiempo podemos llegar a sufrir insomnio, ansiedad, dolor muscular, taquicardias, entre otros muchos sintomas.

La respiración diafragmática

estimula el nervio vago que es un conjunto de nervios que se originan en la parte superior de la médula espinal y que activa diferentes órganos del cuerpo. 

La estimulación de este nervio genera acetilcolina, un neurotransmisor encargado de calmar, desinflamar y relajar el cuerpo, además de mejorar la memoria y el aprendizaje.

Esta respiración se ha convertido en mi analgésico preferido, es efectivo, rápido, barato y sin efectos secundarios no deseados. Lo utilizo de forma consciente siempre que me duele la cabeza, o tengo algún dolor leve o estoy nerviosa, a mi me resulta muy efectivo.

Para hacer este ejercicio hay que hacer respiraciones profundas, inflando lentamente el estómago como si de un globo se tratase, retienes unos segundos el aire y luego lo sueltas lentamente por la boca como si estubieras soplando una vela. Si lo practicas cada día durante unos minutos, crearás un hábito y volverás a respirar como lo hacías antes.

 

Pasos para practicar la respiración diafragmática

Busca una postura cómoda, recostada en la cama o sentada en un sillón, en un lugar sin distracciones y con los ojos cerrados. Yo lo practicaba cada noche antes de acostarme y por las mañanas al despertar, al cabo de unos meses me di cuenta de que mi respiración, durante todo el día era así, cree un automatismo. 

Empecé con una serie de 7-3-7. Con el tiempo y la práctica, la fui aumentando.

El objetivo de este ejercicio es dirigir el aire a la parte inferior de los pulmones. Para ello, podemos colocar las manos en el vientre, de esta forma percibiremos mejor los efectos de cada inspiración y expiración.

1- Toma aire por la nariz y trata de dirigirlo en cada inspiración hacia la parte inferior de los pulmones. Esta acción provoca que se mueva la mano colocada en el vientre, debes hinchar lentamente tu vientre como si de un globo grande se tratara. Mientras lo hace cuenta mentalmente hasta 7

2- Reten el aire "del globo hinchado" unos segundos, puede contar hasta 3.

3- Ahora sueltas ese aire por la boca suavemente contando hasta 7.

Parece fácil, pero a mí me costó, por lo que es importante repetirlo tantas veces como sea necesario hasta que se domine totalmente y se cree el automatismo.

Si lo haces durante 5 o 10 minutos, un par de veces al día, todos los días, al cabo de un tiempo pueden sorprenderte mucho los cambios que se producirán en tu cuerpo, en tu salud  y en tu vida.

Rosa Pavón Batlle
Entrenadora Emocional - rosa@rosabio.com - Consulta en Barcelona y OnLine