Emociones biológicas y emociones psicológicas.

Es importante saber diferenciar entre emociones biológicas y emociones psicológicas.

Las emociones psicológicas son proceso psicológico que creamos con nuestro pensamiento, son racionales, hay más de 1500  clasificadas, sin embargo las emociones biológicas son procesos fisiológicos que siempre sentimos en el cuerpo y sólo hay cinco.

Las emociones biológicas son: alegría, miedo, asco, ira y tristeza. Son cinco emociones biológicas y arcaicas y tienen una función totalmente adaptativa. Gracias a ellas hemos sobrevivido durante millones de años.

Estas emociones biológicas son un proceso fisiológico que produce unas sustancias químicas concretas en nuestro cuerpo, estas sustancias responden a la información que nos ha dado una experiencia determinada, permitiendo que nos adaptemos a esa situación. Por lo tanto estas sustancias químicas son la que refuerzan neurológicamente nuestras experiencias y las que nos llevan a la acción ante un acontecimiento. 

Las emociones no distinguen entre hechos reales o simbólicos y son mucho más fuertes  que la razón. No hay emociones buenas o malas, todas son adaptativas, el desequilibrio surge cuando no sabemos gestionarlas. Aprender a reconocerlas y tomar conciencia de lo que sentimos en cada momento puede prevenir muchos trastornos emocionales y potencia nuestro  estado de bienestar.

Necesitamos experimentar emociones para sentirnos vivos pero, normalmente, nos dedicamos a sentir las que nos producen malestar ya que son las que tenemos más automatizadas, esto es debido a que durante millones de años hemos vivido en constante peligro: depredadores, hambruna, catástrofes, volcanes, huracanes, terremotos, inundaciones, etc.etc.

Aprender a gestionar las emociones y potenciar las que nos hacen sentir bien, nos ayudará a afrontar los conflictos diarios de una forma mucho más óptima.

En primer lugar es importante diferenciar las emociones biológicas de las psicológicas,  para ello solo hay que prestar atención a nuestro cuerpo, si esa emoción provoca cambios en el cuerpo sabremos que es biológica, entonces es cuando tenemos que identificar cual es entre las cinco que hay. Es decir, si sentimos impotencia, buscaremos que hay detrás de la impotencia, puede ser rabia o miedo. Darle el nombre adecuado a lo que sentimos hará que la emoción biológica disminuya e incluso desaparezca ya que estaremos tomando conciencia de que no es un miedo real de supervivencia.

El problema es que al no reconocerlas, las prolongamos en el tiempo y no pasamos a la acción, si mantenemos esta emoción inconsciente por mucho tiempo, acabaremos enfermando a causa del exceso de sustancias químicas que el cuerpo continua generando para que pasemos a la acción. Nuestra biología quiere lo mejor para nosotros y si cree que estamos en peligro hará todo lo posible para protegernos, él no sabe que el peligro no es real.

A continuación Vamos a describir para que sirve cada emoción, eso nos ayudara a reconocerlas, entenderlas y gestionarlas de manera más asertiva.

1. La alegría: nos permite reproducirnos. Es una emoción de ganancia, nos permite repetir todo aquello que nos hace sentir bien. Está no genera enfermedad y es la que hay que potenciar para sentir menos las demás. (Recuerda que necesitamos sentir emociones para sentirnos vivos, por lo menos hasta que descubramos que el estado de paz que todos buscamos es un estado de ausencia de emociones)

2. El miedo: nos permite protegernos del peligro. Si hay un peligro real correremos, pero si es simbólico y nos han enseñado a no tener miedo porque el miedo es de cobardes, no lo reconoceremos y no haremos nada. 

3.  El asco: nos permite alejarnos del peligro. Arcaicamente era para protegernos de los alimentos  venenosos o en mal estado. Hoy es para alejarnos del alimento emocional tóxico.

4. La ira: nos permite enfrentarnos al peligro. Hay creencias que NO nos permiten odiar, tampoco nos permiten atacar, no está socialmente bien visto y lo que hacemos a menudo es reprimir esta emoción o guardarla para sacarlas en otro momento, por ejemplo: hemos tenido un conflicto con el jefe o con un compañero de trabajo o con un amigo, etc. Hemos sentido ira pero no hemos podido expresarla, la guardamos y al llegar a casa la expresamos con las personas que más queremos o con las que más confianza tenemos. (Padres, pareja, hijos, hermanos) Otra opción sería esperar a que llegue un día donde podamos ver un partido de fútbol y así poder descargar esta emoción contra el equipo contrarío. 

5. La tristeza: nos permite aislarnos para integración una pérdida. Los duelos no hechos y no llorados, las pérdidas no aceptadas o no reconocidas. Pérdida de seres queridos, una mascota, un trabajo, un negocio, una casa, etc. Cualquier pérdida puede provocar tristeza, aceptar y sentir la tristeza nos ayudara a liberar esta emoción de forma más rápida y efectiva.

Reconocer y expresar lo que sentimos en cada situación es la clave para que nuestras emociones no se bloqueen en el cuerpo alargándose en el tiempo y transformándose en enfermedad.

Las emociones de supervivencia son las que están más automáticamente instaladas en nuestro cerebro, es necesario potenciar la alegría para contrarrestarlas y así dejar de vivir en modo supervivencia.

Una manera de potenciar la alegría y el sentido del humor es, por ejemplo, viendo más películas cómicas o empezar a jugar, sí, a jugar como si estuviéramos en una obra de teatro interpretando a un personaje feliz y contento, nuestro inconsciente no distingue entre real o imaginario. Con el tiempo y la práctica lograremos un automatismo, con este nuevo automatismo, seremos más felices porque estaremos más contentos y al estar más contentos podremos resolver de una forma más óptima todos los conflictos que se nos presenten.

Rosa Pavón Batlle